lunes, 12 de enero de 2015

JAMEOS DEL AGUA




Los Jameos del Agua, al igual que la Cueva de los Verdes, se localizan en el interior del túnel volcánico producido por la erupción del Volcán de la Corona. Los Jameos del Agua se encuentran situados en la sección de este túnel más cercano a la costa. Deben su nombre a la existencia un lago interior que constituye una formación geológica singular. Se origina por filtración al encontrarse por debajo del nivel del mar.
El túnel formado por la erupción del Volcán de la Corona es uno de los más largos del mundo con más de seis kilómetros de longitud. El desprendimiento parcial del techo de una sección de este túnel forma una estructura denominada con vocablo aborigen de "Jameo" que no es más que la abertura o boca del terreno que permite el acceso a las diferentes grutas. Los más de seis kilómetros conocidos se prologan desde el cráter del volcán hasta que se adentra en el mar en un tramo submarino de un kilómetro y medios denominado "Túnel de la Atlántida".
Está formado por al menos tres jameos o aberturas en el terreno. El "Jameo Chico" por donde se realiza el acceso al interior, el "Jameo Grande" y un tercero, denominado "Jameo de la Cazuela".
§  Debido a la singularidad de su estructura, sobre los Jameos del Agua operan dos figuras de protección medioambiental. De una parte, se encuentra situado dentro del Monumento Natural del Malpaís de la Corona y, de otra, su declaración como Sitio de Interés Científico. A estas protecciones le debemos sumar la declaración de Bien de Interés Cultural con la categoría de Jardín Histórico que, al igual que otras obras espaciales de César Manrique realizadas en Lanzarote, le es concedida por sus importantes valores patrimoniales.

El nacimiento de una idea

Los Jameos del Agua es el primer Centro de Arte, Cultura y Turismo creado por César Manrique, y es el reflejo de uno de sus pilares creativos: la armonía entre la naturaleza y la creación artística.
§  Los Jameos del Agua como obra completa es atribuible a César Manrique. Sin embargo, la complejidad del proyecto y las repetidas estancias en Nueva York durante los primeros años de creación del Centro hacen que, sobre todo en las en las primeras fases de adecuación del tubo volcánico, delegue parte del trabajo en uno de sus colaboradores más directos: el artista Jesús Soto, que había sido el artífice de la espectacular iluminación y adecuación de la Cueva de los Verdes.
A principios de los años sesenta, y debido al abandono del entorno, se hace necesario acometer labores de limpieza y de acondicionamiento. Aunque las obras se dilataron en el tiempo, podemos señalar el año 1966 como fecha de la apertura de las primeras fases al público.
La especial morfología del tubo volcánico provocó que se realizaran numerosos cambios del proyecto inicial, explorando nuevas alternativas creativas y procurando que las soluciones adoptadas fuesen las más adecuadas.
Será en 1977, después de más de una década de trabajos, cuando quede conformada la estructura general de los Jameos del Agua. En estas mismas fechas se procede a la inauguración oficial del centro, incluyendo el Auditorio, y se considera conclusa la obra.
§  Aún así, y con posterioridad, se realizan nuevas instalaciones para funciones concretas como el espacio museístico de la "Casa de los Volcanes" (uno de los más importantes centros de investigación científica a nivel mundial). Este centro cumple, desde 1987, una importante labor científica y didáctica sobre la vulcanología.

El recorrido

En el exterior nos encontramos con una pequeña recepción integrada por muros de piedra, con paredes blancas y restos de las cuadernas de un barco. Tras cruzar una pequeña puerta de entrada, descendemos por una ingeniosa escalera de caracol de piedra volcánica y madera, que nos permite descubrir, poco a poco, desde la altura, el primer escenario interior: El "Jameo Chico". En este espacio destaca la abundante vegetación y los elementos ornamentales que nutren de estímulos visuales la estructura del Jameo.
§  El "Jameo Chico" forma parte de la primera fase del acondicionamiento de los Jameos del Agua que, desde el año 1966, acometió el Cabildo de Lanzarote, y que tenía como eje conductor el proyecto de intervenir, revalorizar y poner en uso espacios emblemáticos de la geografía insular. Originariamente, Los Jameos del Agua fueron concebidos como Sala de espectáculos: de esta época podemos destacar el bar, los accesos y la marmórea pista de baile.
En el interior del recinto descubrimos un lago natural de aguas insólitamente claras y transparentes. Este espacio, apenas intervenido, conserva la estructura con forma de bóveda de cañón propia del túnel volcánico. Su carácter catedralicio se ve reforzado por la presencia de un hueco en la parte superior de la bóveda desde donde, en días luminosos, se proyecta un haz de luz cenital que se hunde en la profundidad del agua.
Este hábitat acuático subterráneo, de gran riqueza faunística, alberga más de una docena de especies endémicas de gran interés científico entre las que destaca los célebres cangrejos ciegos (Munidopsis polymorpha) que puntean el fondo rocoso del lago. La oscuridad de la gruta provoca la carencia de pigmentación. Este raro espécimen, único en el mundo, de color blanquecino y de apenas un centímetro de longitud, sirve como símbolo de los Jameos del Agua.
Mimetizado con el entorno nos encontramos con una pasarela que permite cruzar el lago lateralmente y, tras ascender a través una pared ajardinada, acceder al "Jameo Grande".
El ingenioso tratamiento artístico de esta zona difiere del resto de lo visitado. Estamos ante un exuberante y exótico jardín donde florece una vegetación sorprendente de palmeras, cactus, crotos e higueras, que rodean una piscina blanca, de formas serpentinas y de aguas acuareladas de un azul intenso. Corona todo el conjunto las paredes curvas del propio jameo. El blanco esmaltado y estridente de la piscina contrasta con la roca oscura y rugosa, convirtiéndose en un verdadero oasis humanizado.
§  Las formas creadas por César Manrique son serpentinas, donde la curva adquiere un fuerte carácter orgánico y se mimetiza con los elementos del entorno. Especialmente impactante es la palmera centenaria que intencionadamente se vuelca sobre la piscina proporcionándole una sombra tamizada.
Si se prosigue, más allá del "Jameo Grande", nos encontramos con otra intervención singular. Un espectacular Auditorio aprovechando el interior de una gruta volcánica. El auditorio se convierte en epílogo arquitectónico de este recorrido.
§  Sin duda, los Jameos del Agua representan una de sus obras más originales de César Manrique, en donde se plasma, de manera magistral, su concepción personal y poco convencional del hecho artístico.


LA CUEVA DE LOS VERDES



La Cueva de los Verdes está situada en el norte de la Isla de Lanzarote, en el municipio de Haría, e integrada en el vasto paisaje volcánico del Monumento Natural del Malpaís de La Corona.
Su formación es el resultado de la actividad eruptiva del Volcán de la Corona (datada según los geólogos hace aproximadamente 3000 - 5000 años), que dio lugar a un extenso túnel volcánico subterráneo de más de seis kilómetros de longitud que discurre desde el cono volcánico hasta el mar. Dos de los Centros de Arte, Cultura y Turismo más relevantes, la "Cueva de los Verdes" y los "Jameos del Agua".se encuentran integrados en el interior de este túnel.
Un túnel volcánico se produce por el enfriamiento y solidificación de la parte superficial de una colada lávica en contacto con el aire mientras el magma fundido del interior continúa fluyendo. El desprendimiento parcial del techo de una sección de este túnel forma la estructura denominada "Jameo", que no es más que la abertura o boca del terreno que permite el acceso a las diferentes grutas.
El túnel formado por el Volcán de la Corona es uno de los más extensos e interesantes del planeta. A lo largo de su recorrido, existen al menos dieciséis Jameos. Los más de seis kilómetros conocidos se prologan desde el cráter del volcán hasta que se adentra en el mar en un tramo submarino de un kilómetro y medios denominado "Túnel de la Atlántida"

Notas históricas


Los primeros testimonios que tenemos sobre la existencia de la Cueva de los Verdes provienen de los escritos del ingeniero militar italiano Leonardo Torriani en 1590. En ellos Torriani, aparte de destacar la significativa belleza de este llamativo accidente geológico, aprecia un importante interés defensivo y de protección para la población insular.
§  "? y en su interior tiene antros maravillosos, que parecen hechos por mano maestra, y con parajes ásperos y difíciles que no se pueden franquear sin luz. Algunos conocedores dicen que dentro tiene un río secreto, que corre con gran ímpetu y que muy pocos conocen. También tiene otra salida, que responde al mar, por la cual los hombres y las mujeres que se amparan allí, pueden salir y embarcar.Descripción de las Islas Canarias. Leonardo Torriani, 1590.
Lanzarote, principalmente durante los siglos XVI y XVII; sufría cíclicos episodios de enorme inseguridad debido a las continuas invasiones, razzias, y secuestros por parte de los piratas de la costa norte de África. Se tienen evidencias históricas de que las intrincadas galerías de la Cueva de los Verdes sirvieron como escondite y refugio a la diezmada población insular.
Destacan algunas invasiones a gran escala como las de Tabán Arraez y Solimán en 1618 que alcanzan dimensiones verdaderamente catastróficas. El historiador Viera y Clavijo (Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, 1772-1773) relata así las funestas consecuencias de esta incursión "?la porción más considerable del vecindario se refugió en los escondrijos de las cavernas, señaladamente en la gran cueva de los Verdes de Haría, que corre bajo tierra casi tres millas a lo largo. (?) Este funesto golpe, que dejó atónita y bañada en lágrimas toda la tierra de Lanzarote, sirvió también para empobrecer el país extrayéndole la más pura sustancia?"
Con posterioridad, ya en el siglo XIX, se convierte en visita obligada para viajeros, eruditos y científicos europeos que se desplazaban por las Islas Canarias. Todos ellos describen con fascinación esta singular formación volcánica. Podemos citar al geólogo Georg Hartung (1855), al geólogo y botánico Karl Von Fritsch (1863) y, más recientemente, al también geólogo Eduardo Hernández-Pacheco (1907).

La intervención interior


Concientes de los singulares valores estéticos, geológicos e históricos de la Cueva, en los años 60 del siglo XX, se plantea su acondicionamiento para su uso turístico.
§  La creación del Centro de Arte, Cultura y Turismo de "Cueva de los Verdes" forma parte de un conjunto de actuaciones innovadoras en lugares estratégicos promovidas por el Cabildo de Lanzarote destinadas a potenciar el atractivo turístico de la isla. Su inauguración en febrero de 1964 constituye una de las primeras apuestas decididas por incorporar a la isla dentro de los destinos turísticos de calidad.
Se cuenta para este ambicioso proyecto con el artista lanzaroteño Jesús Soto. A él debemos tanto la iluminación como la creación del recorrido interior. El espacio interior apenas si fue intervenido, siendo la explanada de acceso exterior y el sendero interior en donde se realizaran las actuaciones más significativas. A pesar de lo espectacular del resultado, la intervención artística, muy respetuosa con el entorno, se limita a introducir la luz, perfectamente mimetizada y el sonido ambiental.
§  Jesús Soto, observador atento e inquieto, despliega todo su conocimiento sobre la luz y la sombra, investigando meticulosamente la forma adecuada de iluminar y realzar los relieves y las texturas que tapizan las espectaculares bóvedas multicolores del interior de la Cueva. Soto crea una atmósfera cromática de espacios y entornos artístico-naturales de una belleza extraña y poética. La Cueva de los Verdes se inaugura en febrero del año 1964. Desde entonces numerosos visitantes han podido disfrutar de este sobrecogedor fenómeno natural que se ha convertido en uno de los lugares más sugerentes de Lanzarote.
Otro de los nombres que aparece íntimamente ligado a la génesis de este Centro de Arte, Cultura y Turismo es el historiador Lanzaroteño Agustín de la Hoz, que en 1964 publica su obra literaria "Cueva de los Verdes" donde, con posterioridad a una exhaustiva investigación, y con tono poético describe concienzudamente la gruta. A su vez interpreta los distintos segmentos de la cueva introduciendo nombres del imaginario histórico insular.

El recorrido

Pocas experiencias suelen ser más interesantes para un viajero, en tanto que aventura y descubrimiento, como el acceso a una cueva. Sin duda, visitar La Cueva de los Verdes es un verdadero viaje iniciático a las entrañas de la tierra. Una visita que pretende ser espectacular y única.
El tramo visitable de la Cueva de los Verdes está formado por un kilómetro de galerías superpuestas con interconexiones verticales entre ellas. En algunos puntos llega a tener tres niveles y permiten al visitante descubrir nuevos espacios desde perspectivas diferentes.
El interior del túnel llega a tener unos cincuenta metros de altura con anchuras que se aproximan a los quince metros. Existen peculiares formaciones y estructuras pétreas: canales de lava, bloques sólidos arrastrados por la corriente, goterones de lava, depósitos salinos, sucesivos estratos de lava solidificada?
Resulta particularmente espectacular la gama de colores que adornan las bóvedas y paredes de la gruta. Los colores rojizos son debidos a la oxidación del contenido en hierro de los basaltos. Las múltiples tonalidades ocres provienen de los reflejos de la luz sobre eflorescencias salinas producidas por las filtraciones de agua desde la superficie.
Llama la atención el agradable clima del interior. Las corrientes de aire permiten una ventilación natural suave y agradable y la temperatura, constante, se sitúa en torno a los diecinueve grados.


EL MIRADOR DEL RIO

EL MIRADOR 


El Mirador del Río se encuentra situado en lo alto del Risco de Famara, a 400 metros de altitud, en la zona más septentrional de la isla desde donde podemos contemplar una de las vistas panorámicas más espectaculares de Lanzarote. Se trata de una las creaciones arquitectónicas más representativas de César Manrique donde plasma, en la sucesión de detalles artísticos y arquitectónicos, su entusiasta proyecto de integrar arte y naturaleza.
El Risco de Famara es un extenso acantilado que se desarrolla longitudinalmente a lo largo de 22 kilómetros desde Punta Fariones, el extremo más al norte de la isla, hasta el Morro del Hueso, en las inmediaciones de Teguise. A largo de su orografía se alcanza el punto de mayor altitud de la isla, las Peñas del Chache, de 671 metros de altitud. El trazado vertical del Risco discurre casi en paralelo a la costa de La Graciosa, de la que la separa un estrecho brazo de mar denominado el Río. De gran interés medioambiental el Risco de Famara, La Graciosa y los islotes próximos a ella, incluidos los fondos marinos, forman una unidad declarada Parque natural del Archipiélago Chinijo.

EL EDIFICIO


Se ubica entre dos accidentes geológicos especialmente significativos: de una parte el impresionante Risco de Famara y de otra, el Volcán de la Corona, hacia el cual se extienden los brazos de la gran plaza semicircular que da entrada a la edificación.
Este relevante edificio es apenas perceptible desde el exterior ya que, en una sutil maniobra de camuflaje, esconde su estructura bajo una pesada piel de piedra que lo mimetiza con el entorno.
Situada en el exterior, resalta una escultura figurativa de hierro forjado. Representa un pez y un ave. Se trata de una metáfora de dos elementos de la naturaleza que tienen gran presencia en este paisaje: el agua y el aire.

El INTERIOR

Al interior se accede a través de un pasillo serpenteante en el que se ubican unas hornacinas decoradas con cerámicas tradicionales realizadas por el artesano lanzaroteño Juan Brito. Después de atravesar esta sugerente entrada nos encontramos con dos grandes espacios abovedados, donde se sitúan dos amplios ventanales de cristal - los ojos del Mirador- que permiten contemplar la extraordinaria vista desde una posición privilegiada.
Los dos ventanales, cóncavos horizontalmente y ligeramente oblicuos verticalmente, incrementan el efecto de visión panorámica, permitiendo al mismo tiempo que el recinto se inunde de luz y comunicando el espacio interior y exterior privilegiando la naturaleza.
En este mismo espacio nos encontramos con dos originales esculturas monumentales realizadas con varillas y placas de hierro. Estas esculturas, suspendidas del techo, inundan el espacio abovedado y cumplen la función de tamizar el sonido evitado la reverberación.

Desde la zona habilitada como cafetería podemos acceder a la planta superior a través de una escalera helicoidal de gran dinamismo por la utilización de las líneas curvas. Al igual que el resto del edificio, presenta la bicromía del color de la madera y el blanco de la mampostería. En la primera planta nos encontramos una tienda de souvenir una estancia sin duda original. En este mismo espacio localizamos una pequeña dependencia donde se encuentra un pequeño ventanal con forma de óculo desde el cual podemos contemplar, al fondo, el Volcán de la Corona. Continuando la escalera se accede a las terrazas exteriores de la azotea a través de un lucernario que se encuentra en la cúspide del edificio.
Desde la sala principal abovedada, anteriormente descrita, podemos, además, acceder a un balcón exterior que se introduce sobre el abismo.
§  Cabe destacar la barandilla perimetral realizada en hierro y madera que da a esta fachada el aspecto de la proa de un buque. Simbólicamente, la isla se convertiría en un navío que navega, dirección norte, sobre el las aguas del Atlántico.

LA VISTA PANORAMICA


En los días claros y despejados, podemos contemplar la espléndida visión del parque natural del archipiélago Chinijo.
Se divisa en primer lugar la isla de La Graciosa, detrás se encuentran Montaña Clara y el Roque del Oeste y, al fondo, Alegranza y el Roque del Este. Desde el Mirador se aprecia la base del risco de Famara y, destacando con colores rojizos, las salinas más antiguas de la Isla, las Salinas del Río o de Guza.
Los trabajos se iniciaron en 1969, inaugurándose el edificio dos años más tarde. La ejecución técnica de la obra corrió a cargo del arquitecto Eduardo Cáceres y del artista Jesús Soto. La ejecución del edificio supuso un alarde de planificación técnica, ya que hubo que proceder al la excavación del terreno y con posterioridad realizar el edificio y cubrirlo con piedra volcánica.
§  La situación estratégica de este enclave, que a modo de atalaya permite una visión privilegiada de un amplio sector del norte de la isla, fue militarmente utilizada desde finales el siglo XIX, cuando se construyó una batería defensiva de la costa durante la guerra hispano-cubano-norteamericana (la Guerra de Cuba). Popularmente a esta zona del Risco de Famara siempre se la ha conocido como "La batería del Río".