domingo, 15 de febrero de 2015

Algunos Parques de Malasia



Los Parques Nacionales son lugares que tienen muchísimo éxito a nivel turístico gracias a que son siempre lugares con una belleza natural realmente espectacular y llamativa.


Parque Nacional Taman Negara


Está en Pahang y es el Parque Nacional más grande del país con más de 4.000 kilómetros cuadrados, siendo además uno de los parques más antiguos. Su flora y fauna es muy diversa y en ella puedes encontrar una gran variedad de especies de cualquier rincón del planeta, como por ejemplo el oso malayo o el elefante asiático. Además, hay más de 300 especies de aves, muchas de las cuales se pasan el día cantando así que podrás escucharlas además de verlas.












Parque Nacional de Penang

Está en Penang y es el Parque Nacional más pequeño de Malasia, aunque eso no significa que no sea espectacular ya que igualmente puedes ver muchas maravillas y hasta alguna playa. Su tamaño es de unos 2.000 kilómetros cuadrados entre los que se reparten numerosas especies vegetales y animales que merece la pena ver. Aquí hay varios humedales con una gran variedad de especies vegetales, y entre sus animales hay monos, ardillas y cientos de aves de diferentes especies. Además, también hay unas cuantas especies de fauna marina, así que sin duda es un parque muy completo a pesar de ser pequeño.

Parque Nacional Niah


Está en Sarawak y es uno de los más antiguos. De hecho, se dice que los restos de los primeros humanos conocidos en este lugar tienen más de 40.000 años y que muchas de las comunidades primitivas vivían en las cuevas de Sarawak. Esas cuevas son el mayor interés del parque ya que podrás ver toda la historia que albergan. Destaca la Gran Cueva, que tiene una abertura de unos 60 metros de altura que te conduce a la cámara de la cueva y que es gigantesca. Las selvas de alrededor de las cuevas albergan a animales como macacos, perdices, ciervos, tarsiers o cálaos.

Parque Nacional Endau-Rompin


Lo más llamativo de este parque son sus espectaculares cascadas, de las más bonitas que puedes encontrar en Malasia. Eso se une a un paisaje natural impresionante que hace que sean unos bosques perfectos para el senderismo. Su flora y fauna es también muy variada, con especies poco habituales como el palmito o la palma bastón en la flora y una abundante vida animal como osos, jabalíes o gatos.


Parque Nacional Taman Negara



EL Parque cuenta con un área tres veces más grande que todo el territorio de Singapur, siendo la misma de más de 4.300 kilómetros cuadrados. Además, el espacio fue instaurado en 1925 ocupando un espacio menor, pero con el correr del tiempo fue ganando terrenos aledaños.

Parque Nacional Taman Negara

Por otro lado, no podemos dejar de señalar que este sitio se ha convertido en uno de los más interesados en la preservación de especies locales de flora y fauna, en los estados nacionales de Kelantan, Terengganu y Pahang. Del mismo modo, se trabaja también actualmente en la propagación de estas especies de animales y plantas, muchas de las cuales son incluso endémicas de este bosque tropical.

Además, hay que considerar que el territorio del parque ha sido habitado por el hombre desde al menos hace 2.000 años, aunque con la enorme ventaja de que sus residentes siempre se han preocupado por la conservación de la zona, utilizando los beneficios de la naturaleza únicamente para subsistir, por lo que se hallan prácticamente vírgenes al contacto con el ser humano.



Por lo demás, si queremos ingresar al parque, es importante saber que la administración del mismo se encuentra en Kuala Tahan, mientras que existe un servicio diario de transporte desde Kuala Lumpur, aunque los autobuses públicos también pasan por sus puertas de ingreso, llevando a los viajeros que quieren nadar, pasear en bote o explorar las cavernas locales.


Mont Saint Michel: una leyenda hecha realidad




Corría el año 708. Piedra a piedra, se levantó aquel inmenso Santuario sobre la roca, y en poco tiempo a su alrededor se fueron estableciendo los peregrinos, conformando la actual ciudadela que la rodea. Sin embargo, apenas un año después, en el 709, un gran cataclismo hizo que el mar se adentrara en tierra e inundara toda la zona, dejando aislado el Mont Saint Michel.

Mont Saint Michel

Desde entonces, el monte se ha convertido en una auténtica fortaleza, pues ese fenómeno de las mareas se repite dos veces diariamente, dejando a la ciudadela y su Abadía unida a tierra solamente por su carretera. Dicen que es tal la velocidad a la que suben las mareas, que el agua atraparía con facilidad a un caballo al galope… por eso, con cada subida del mar, las campanas del Monte, avisan con suficiente antelación, pues se ha convertido en casi una tradición o una curiosidad turística, el observar esa subida del mar a ras de orilla.

Muchas leyendas han corrido desde su construcción en el 708; desde aquel día en que supuestamente el mar atrapó en su huida a una mujer embarazada, y ésta reapareció andando por la orilla y con su niño en los brazos, cuando el mar volvió a apartarse; hasta los que creen tener visiones de enfrentamientos mitológicos sobre el propio monte entre las fuerzas del mal y el Arcángel San Miguel.

La Ciudadela

Sobre una isla de 900 metros de circunferencia y 80 de alto, lo primero con lo que nos encontramos es con el pequeño pueblo que rodea a la Abadía. No hay nada más agradable que callejear por la muralla, y no sólo ir admirando el paisaje que desde ella se tiene, sino también disfrutar con las numerosas tiendas de souvenirs que hay en el pueblo. Y es que este pequeño pueblito vive de eso; delturismo; de los peregrinos. Son varias las callejas empinadas las que suben hacia el Monasterio; y en todas podremos comprar los típicos recuerdos, y sobre todo la clásica figura de san Miguel. Por lo demás, poco hay que ver en el pueblo, salvo quizás la Iglesia de St. Pierre, un pequeño edificio de los siglos XV-XVI.


La Abadía

Mont Saint Michel 1

El conjunto monástico comprende la iglesia abacial, la abadía románica, al oeste, y la Mervell al norte, donde se encuentra el famoso claustro, construidos por los monjes benedictinos en el siglo XIII. A ella se accede desde varios senderos, a cual más lleno de gente que suben bien por admirarla, bien por orar entre sus muros; senderos que serpenteantes y empinados llegan hasta las mismas escaleras de acceso, las que nos abrirán paso hacia su nave de estilo románico…
… y tras descender nuevamente hasta los mismos pies del monte, donde la marea inunda sus tierras, nos volvemos para echarle una nueva mirada, y grabar en nuestras retinas su imagen mágica…
via: locuraviajes.com